martes, 3 de febrero de 2015

Actividad 3


Los focos ahorradores son lámparas fluorescentes compactas auto alastradas que proporcionan un flujo luminoso igual al de los focos tradicionales pero con un menor consumo de energía.

 

Debido a que en un inicio todos los focos ahorradores emitían luz fría, muchos usuarios se quedaron con la idea equivocada de que existían focos ahorradores que emiten luz cálida.

En la mayoría de los casos la luz también genera calor siendo la forma más común de excitar los átomos de un filamento para emitir fotones y alcance de 
estado de la incandescencia. Originalmente la corriente fluye por un cable de circuito electrónico cerrado, disipa energía del calor gracias acaso del choque de fricción que produce los electrones en movimiento. Cuando un cable tiene el grosor adecuado las cargas eléctricas fluyen normalmente y la energía que la libera los electrones en forma calorífica puede ser despreciable.

 

En la actualidad las lámparas fluorescentes se han convertido en el medio de iluminación de uso más generalizado en comercios, oficinas, sitios públicos, viviendas, etc. Sin embargo, no todas las personas conocen cómo funcionan, cómo emiten luz sin generar apenas calor, ni cómo pueden desarrollar más lúmenes por watt (lm/W) con menor consumo de energía eléctrica, comparadas con las lámparas incandescentes en igualdad de condiciones de iluminación.

La tecnología más antigua conocida en las lámparas fluorescentes es la del encendido por precalentamiento. De ese tipo de lámpara aún quedan millones funcionando en todo el mundo a pesar del avance tecnológico que han experimentado en estos últimos años y las nuevas variantes que se han desarrollado. Sin embargo, su principio de funcionamiento no ha variado mucho desde 1938 cuando se introdujeron las primeras en el mercado. 


El cuerpo o tubo de descarga de las lámparas fluorescentes se fabrica de vidrio, con diferentes longitudes y diámetros. La longitud depende, fundamentalmente, de la potencia en watt (W) que desarrolle la lámpara. El diámetro, por su parte, se ha estandarizado a 25,4 mm (equivalente a una pulgada) en la mayoría de los tubos. Los más comunes y de uso más generalizado tienen forma recta, aunque también se pueden encontrar con forma circular.

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